Te abrazo en silencio,
vengo a ti, a mi refugio,
y allí es que me conmuevo,
a quien me da buenos augurios.
A quien amo y que extraño,
a quien me ama y no me ha olvidado.
Porque el pacto que se ha hecho
va más allá de lo que veo;
gracias por bendecir mi regreso,
al hogar que tiene mis recuerdos.
Sean grandes o pequeños,
son de esos tiempos aventureros
en los que te fui conociendo
y nos fuimos queriendo.
Aunque te abandoné por un tiempo,
sabías que vendría de regreso,
y eso que no estuve tan lejos,
pero, como se va el tiempo.
De Los Ángeles
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