lunes, 21 de abril de 2008

Custodio del mar

Sus ojos azabaches,
su cabello acastañado,
se veían entre el oleaje,
su joven cuerpo afirmado.

Nadie sabía de donde venía,
pero allí se mostraba,
como una bella figura
que traía en el alba la luna.

Si era hombre o mujer no lo sé,
casi mis ojos, tan lejos, no podían ver.
Sé que me sonreía pero yo no tenía habla
para largar mi emoción como carcajada.

Hasta que la mar me acercó a ese ser,
y sólo era un misterio su luz refulgente,
como aparecido de un cuento de suspenso
lo vi caminar sobre la marea y sé lo que es eso.

Pero me mantuve en silencio en ese instante,
que pasa por mi mente la escena imborrable,
entonces entendí tantas confusiones que
se contaban de boca en boca de capitanes.

Comprendí que cada elemento natural
posee su secreto y cada secreto, su guardián.
Y que no hay secreto que se pueda guardar
sin alguien que tenga la responsabilidad.

Cierro esto en un paradigmático verso,
la mar es a la tierra su hermana,
y sus secretos sólo lo saben sus guardias.

De Los Ángeles

Los cerros.El tiempo.Los muertos.Silencio.





A veces miro,
y es por reflejo,
es el instinto,
me lleva el trueno.

Los cerros
El tiempo.
Los muertos.
Silencio.

Trueno o ruido,
da lo mismo.
Y corro, corro
y no camino.

Porque la juventud
es un agito, y la
vejez, un tránsito
que va tranquilo.

¿Es el fin la muerte
o es otra senda
del camino mismo?

De Los Ángeles

Crítica Amerindia

Fuerza, pasión,
amor, dolor
que tienen
relación,
conjunción
y contradicción.

Historia.

Siglos y siglos,
silencio fortuito,
creencia,
vivencia,
idea y meta
extensa.

Leyenda.

Relación, materia,
naturaleza, tierra,
luchas, sangre y
tierra sentida.
Dolor en páginas
escritas que no
culmina.

Ambición y poder.

Material imperio
para conquista
que dejó sin vida
unas culturas ideadas
precolombinas

y que se enredan
con las idas y venidas
de una cultura imperial
de piel blanca,
de gris alma.

Sólo quedan
templos y ruinas
de razas primitivas,
que amaban su
ideal natural y
divino de vida.

De los Ángeles

Campo Silvestre

Entre prados verdes
y flores de colores
hay un alba de sol irisado.

Horas tempranas,
sol naciente,
y rosales que se atreven.

Brotar de aromas,
sucesos sin límite,
entre los afectos provocados.

De los Ángeles

Palabra disfrazada

La palabra disfrazada de agonía
está allí hasta el último día
de los segundos vividos en la vida
que se transita con rutina.

La palabra disfrazada de dolor
suspende el aire del corazón,
sientes una herida de punzón,
sin que haya imaginado el corredor.

La palabra disfrazada de ternura
es una conjura de sentimientos
que en el ser poco perdura con cordura
ya que de un momento a otro no duda.

La palabra disfrazada de política
es jugar con la primitiva ironía
traicionando las ideas nacientes
de personas que son creyentes.

El disfraz de la palabra se devela
ante su cobertura con hipocresía
en mentiras y lo que hace al que la vela
como un juez traicionero que algo decía.


De los Ángeles

Puntos Suspensivos

Tenía tanta libertad
mi alma hasta
que en soledad
pidió cobijo.

Y el Creador le dio
mi ser como refugio
y en ese momento
tuve vida y un camino.

Lo fui transitando
de a poquito, entre sonrisas,
lágrimas y suspiros
con algunos puntos suspensivos.

Hasta este momento
que es un circuito
continuo de aguas de rocío
como panes benditos
a un enfermo alicaído
por tantos suspiros perdidos.

De Los Ángeles