lunes, 7 de abril de 2008

Te quiero hablar

Siéntate y acomódate
porque no es nada fácil
lo que tengo que decir.

Has visto que he cambiado
y tú has estado participando.
Pero no directamente
porque no quería asustarte
aunque, se ha hecho
la hora de contarte.

No te pongas pálida,
no me voy a largar,
no es eso, sino que
estoy por empeorar.

Eso es lo que he callado
por eso, me has visto distanciado,
no lo quería hablar hasta encontrar
el momento exacto.

Mi cuerpo está dañado,
está volviéndose pálido.
Ellos no saben lo que
me está matando.

No lo quería decir
para no alarmarlos,
hasta no tener los
papeles en la mano.

He estado cuidándome,
tratando de estar sano.
He hecho de todo pero,
no lo he logrado.

Lo que tengo me está asfixiando,
ya casi no estoy respirando;
me ha hecho pasar tantos malos ratos,
perdóname si te he parecido un ingrato.

Mi cobardía se ha terminado,
estoy más tranquilo al haberte contado,
espero lograr superarlo pero, sino lo hago,
prométeme que vas a seguir luchando.

Todavía tengo ganas de continuar.
Esta enfermedad no me va a exterminar.
Les prometo que todo se los voy a contar,
de aquí en más nada les voy a ocultar.

Me tienen que ayudar, no es fácil para mí,
tener que vivir y que me vean así.
Cuando me lo dijeron no lo pude digerir
por eso, no me permití venirlo a decir.

Ahora que te lo he dicho, me retiro con tu permiso;
ya estoy tranquilo y se ha ido mi nerviosismo.


De Los Ángeles

No hay comentarios: