Nuestro corazón se va abriendo
y sentimos esa energía,
como el capullo de una flor,
que nos invade nuestras vidas.
Salimos al encuentro
de nuestras visiones
sobre aquellos momentos
que fueron ocasiones.
Conversamos y se nos fue
esa presente timidez
que nos hacía parecer
que nos iba a enmudecer.
Y contamos historias
ajenas y nuestras,
y no me arrepentí
de irme ante ti.
Dejarte solo con
tu profesión
aquella oportunidad
que te conocí.
A este romance no
lo supimos descubrir
porque no sentía nada
hasta esa vez que te vi
y charlamos de todo,
menos de nuestro amor,
por eso esto ya pasó.
De los Ángeles
No hay comentarios:
Publicar un comentario