La luna se encontraba allí,
se posaba sobre el sol
mientras que me dormí
con un pequeño almohadón.
Y comencé a soñar
con el amor que partió
una noche de eclipse
hacia el servicio con dolor.
Y los fuegos cayeron
ante el espíritu
de ruegos nuevos.
Porque la batalla
se perdió por luchar
sin ganas ni corazón,
haciendo peligrar a
los sentimientos que
en verdad se ocultan.
Porque el miedo se
apodera de ti y no
piensas en frío que
a quien sigo queriendo
sigue siendo a ti.
Aunque ya no te convenzas
continua siendo así.
De los Ángeles
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