sábado, 4 de diciembre de 2010

La Luna.

Esta noche estaba tan
fría y seca la casa
que no sentía calor,
solo poseía un aura.

La noche se hacía larga,
la luna se remontaba
y se veía tan pequeña
como esas pequeñas
miradas.

Miradas que observaban
la entrega de la cena
 tomando sus cucharas.
Al término se retiraba
y se acostaba en su
propia cama.

A la luna miraba tan lejana
.
Horas después ella
se ocultaba y el sol
se remontaba entre los
paños de algodón que
desprendía su corazón.

De Los Ángeles

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