Mi hábito en una
ósmosis espiritual
como mi corazón
una verdad real.
Tengo un padre original
que es un espíritu del mal.
Una madre que fue una ninfa
de sonrisa agradable y muy bonita.
No hay nadie que me soporte
aunque no me odie debido,
a como me comporte.
Envuelta en hielo pero, por dentro
llevo consigo sentimientos
que no demuestro y como cruz llevo.
Como a mi padre,
el infierno es su humillación;
para mí es el tiempo de apuntar
la actualización de mi devoción.
Aquí no termina mi lado oscuro
sino que se pone en rumbo
mi creciente rebeldía.
Ante el mundo y mi naturaleza;
antes oculto por una promesa
tomada por quienes alguna vez
yo fuera amada al nacer.
De Los Ángeles
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