A veces miro,
y es por reflejo,
es el instinto,
me lleva el trueno.
Los cerros
El tiempo.
Los muertos.
Silencio.
Trueno o ruido,
da lo mismo.
Y corro, corro
y no camino.
Porque la juventud
es un agito, y la
vejez, un tránsito
que va tranquilo.
¿Es el fin la muerte
o es otra senda
del camino mismo?
De Los Ángeles
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