Paciencia

Uno está a veces
que se pierde.
Pierde su hoja de ruta
o vuela hacia la luna.

Pierde la batalla diaria,
pierde las pocas ganas
que sentía uno que
le quedaban.

Gana cansancio,
gana lágrimas,
pero lo que uno
nunca quiere llegar
a perder son las
semillas de la
esperanza.

Que las gana con
la paciencia que
es fruto de la calma.
Que es la siembra
de la fuerza que
cultiva el alma.

Ese valor que nos
lleva a respirar,
sin llegarnos
a ahogar,
estando en medio
de un ambiente
en movimiento.

A desacelerar el ritmo
con el que convivimos
y tomarnos el tiempo
para nosotros mismos.

Reparar un poco
en derredor,
ser un caminante
en vez de corredor.


De Los Ángeles